La vitamina D participa principalmente en la homeostasis del Ca, actuando en sinergia con la calcitonina y la hormona paratiroidea. Juntos, regulan la captación y liberación de Ca del hueso que interviene en la remodelación ósea.
A pesar de que la vitamina D es relevante en la prevención de la aparición de anomalías esqueléticas, formación ósea, y también juega un papel importante en la función muscular y la fisiología cardiovascular, los peces son incapaces de sintetizarla, por lo que es necesario absorberla directamente de la dieta.
Los requisitos de vitamina D varían notablemente entre las especies. Estudios recientes definen los niveles óptimos para el salmón Atlántico en el rango de 0,06 a 0,09 mg de vitamina D/kg como parte de un enfoque práctico, que utiliza un paquete de múltiples nutrientes con niveles reducidos de ingredientes marinos, lo que sugiere que se necesitan niveles ligeramente más altos de suplementación cuando los alimentos se basan en ingredientes alternativos a la harina de pescado y el aceite de pescado.
Un reciente estudio investigó el efecto de los niveles de vitamina D en las dietas sobre el crecimiento, la composición proximal y la morfología de los huesos, el hígado y el corazón de juveniles de dorada (Spaurus aurata).
El estudio “Effects of vitamin D3 supplementation in gilthead seabream (Sparus aurata) juveniles fed diets high in plant based feedstuffs” probó una dieta a base de plantas que contenía un 10% de harina de pescado y un 6% de aceite de pescado, con cinco niveles de vitamina D3 (0,15, 0,43, 0,50, 0,55 y 0,65 mg/kg o 5,8, 17,0, 20,0, 22,0 y 26,0 UI/g).
Según el estudio, los niveles entre 5,8 y 26,0 UI/g durante 70 días no alteraron notablemente el crecimiento. El aumento de la vitamina D3 en la dieta elevó significativamente el contenido hepático en vitamina D 3 de una manera dependiente de la dosis después de una posible regresión.
En tanto, el aumento de vitamina D3 en la dieta en niveles de hasta 11,6 UI/g puede reducir la incidencia de anomalías esqueléticas, sin embargo, se observaron signos de miocarditis en peces alimentados con niveles de vitamina D3 de 20,0 UI/g o más, denotando efectos tóxicos de estos niveles en la dieta.
Estos resultados, junto con la mayor incidencia de anomalías esqueléticas en la dorada alimentada con los niveles más altos de vitamina D3 en la dieta, sugieren signos iniciales de hipervitaminosis D.
Por lo tanto, el nivel recomendado de vitamina D3 para los juveniles de dorada alimentados con dietas que contienen altos niveles de ingredientes vegetales se sugirió que fuera 11,6 UI/g.
Aquí puede acceder al estudio completo.