El control de patógenos en acuicultura siempre ha representado un desafío para poder garantizar una producción sostenible de pescados y mariscos. Para ello, en las piscifactorías se emplean métodos que incluyen filtración, ozonización, aplicación de productos químicos, separación mecánica, cloración, tratamiento térmico y exposición a la luz ultravioleta (UV). Esta última, es una de las técnicas de desinfección más rápida y eficiente para el control de microorganismos patógenos presentes en el agua.
Desde los inicios de la producción acuícola a escala comercial, Noruega ha sido líder en la prevención y control de brotes de enfermedades. Fue uno de los primeros países que tuvo que enfrentarse en 1984 al control del virus de la anemia infecciosa en salmón (ISA) que finalmente afectó a unas 100 piscifactorías en el país y fue declarada enfermedad notificada.
Desde entonces se han puesto en marcha una batería de acciones que buscan salvaguardar la integridad de las granjas acuícolas de los microorganismos patógenos que incluyen la desinfección, supervisión y notificación de enfermedades, así como el sacrificio rápido o cuarentena de los organismos infectados en respuesta a un brote de enfermedad.
La desinfección por medio de luz UV, como señalan desde Xylem, especialistas en soluciones para el tratamiento del agua, resulta muy “atractiva y rentable” por la relación coste beneficio que se obtiene en el control de microorganismos patógenos. Se trata de un método de desinfección ampliamente extendido desde mediados del siglo XX para potabilizar el agua de consumo humano y la desinfección de aguas residuales.
Como explican, la luz UV inactiva los microorganismos patógenos mediante la alteración de su material genético, a través de un proceso denominado dimerización. En este proceso, las bacterias, virus y protozoos se exponen a longitudes de onda germicidas de luz UV y se vuelven incapaces de reproducirse e infectar.
La longitud de onda del espectro electromagnético más efectiva para esta desinfección es la de 254 nm y es producida por lámparas de UV de baja presión.
Varias son las ventajas de usar este tipo de método de desinfección. Por un lado, no se alteran las características físicas y químicas del agua y no se generan subproductos químicos que afecten a los peces o a los humanos. Otras ventajas son el corto tiempo de contacto requerido y el poco espacio físico ocupado por los equipos.
Además, es fácil y seguro de utilizar. Los equipos son sencillos de operar y excluyen la utilización de productos químicos corrosivos o peligrosos.
La validación de los equipos se debe hacer siguiendo un protocolo establecido por un organismo independiente, que puede ser, por ejemplo, el UV Design Guidance Manual de la US EPA (USEPA, 2006).
En general, como señalan desde Xylem, las bacterias son las más sensibles a la luz UV, esto quiere decir que son más “fáciles de inactivar” que los virus y protozoos, mientras que los hongos son los menos sensibles y, por tanto, “más difíciles de inactivar”.
Gracias a los avances de la investigación en los últimos años, actualmente los equipos UV diseñados para su uso en acuicultura son capaces de inactivar más del 99,9% de la población de un microorganismo patógeno determinado.
Como señalan, en Xylem “estamos comprometidos con la seguridad y el éxito de la industria de la acuicultura a través de la oferta de una amplia gama de equipos de desinfección mediante luz UV de la marca WEDECO de las series Spektron, LBX, Quadron y Duron que están certificados por el Norwegian Veterinary Institute y la nueva serie Acton PE, que ofrece reactores construidos en polietileno de alta densidad.
Estas y otras series de equipos de desinfección UV de la marca WEDECO, como los equipos en canal abierto de la serie TAK, han sido también validadas por la normativa industrial German Association of Gas and Water (DVGW), el manual de orientación para la desinfección UV (UVDGM) y el US National Water Research Institute (NWRI), confirmando la elevada calidad de la gama de equipos de desinfección UV que Xylem ofrece al mercado.