La Tercera.com recuerda que el 20 de junio de esta semana la empresa presentó en el Juzgado de Garantía de Porvenir, en la Región de Magallanes, la lista de acreedores y ahora está a la espera de la designación de un veedor concursal, un cargo para el que suenan dos experimentados ex síndicos: Patricio Jamarme y Enrique Ortiz.
Cuando el tribunal dictamine la resolución que apruebe la petición, la empresa tendrá 30 días hábiles para presentar un plan de reorganización que cuente, esta vez, con el respaldo de sus acreedores.
También en la misma publicación se informa que ya hubo intensas negociaciones en los últimos meses, pero los esfuerzos no terminaron bien. Por una parte, está Nova Austral, asesorada por el estudio Carey, controlada por un fondo noruego que quiere salir de una empresa que está casi imposibilitada de pagar sus deudas.
Por otra, los tenedores de bonos por US$415 millones, representados por la noruega Nordik Trustee.
Los bonistas trabajaron en Chile con Barros Errázuriz y entre los mayores inversionistas están Moneda Asset y el family office de la familia Solari, Inversiones Megeve.
Negociaciones y reorganización
Según personas ligadas a la negociación, ambos grupos chilenos tenían el equivalente al 52% de los bonos, aunque algunos aclaran que esos instrumentos fueron adquiridos con mucho descuento y que algunos de ellos ya los castigaron en sus balances. Así, todo lo que recuperen será ganancia futura.
En esas negociaciones, Altor Partners pujaba porque los acreedores capitalizaran las deudas, transformándose en accionistas y disminuyendo la carga financiera de Nova Austral.
Pero contaron con la posición inflexible sobre todo del banco DNB, que con acreencias por casi US$70 millones ha sido representado por el bufete Morales Besa en Chile.
La reorganización judicial reabrirá la misma discusión y los actuales dueños de Nova Austral pretenden insistir en una capitalización como primera fase. La segunda sería la búsqueda de un operador del sector que se haga cargo de la empresa.
“Este es un activo complicado que requiere de alguien de la industria”, opina un acreedor que no le extrañaría que se busque vender la firma a marcas como Agrosuper, Cermaq o Blumar, por ejemplo.
En ese esfuerzo, dicen algunos negociadores interesados, hay varios bancos de inversión locales buscando soluciones posibles y tratando de atraer salmoneras chilenas interesadas en hacerse del activo.
El problema de los proveedores
En lo económico La Tercera. com indica que las deudas totales de Nova Austral suman US$560 millones y a los proveedores locales se les adeudan US$60 millones.
Los dos mayores son proveedores estratégicos: proporcionan el alimento para la biomasa en crecimiento, el activo central del negocio.
La firma le debe a Nutreco US$23,9 millones y a Ewos otros US$9,7 millones. Son sus dos mayores acreedores a nivel local. Juntos concentran el 6% de las deudas.
Algunos actores que siguen el caso afirman que esos proveedores tienen cada vez más incentivos a seguir proveyendo alimentos para los salmones de Nova Austral.
Otras fuentes lo descartan: ambas empresas tienen garantías sobre la biomasa y su estímulo es que ese activo no se deteriore