Desde que el salmón se convierte en smolt en las pisciculturas de agua dulce hasta que queda listo para su cosecha, pasa entre uno y dos años en los centros de engorda en el mar que operan con altos estándares tecnológicos de monitoreo, así como sistemas de alimentación automatizados e inteligencia artificial.
En esta oportunidad, Mowi, Blumar y Ventisqueros, contaron detalles a InfoSALMON sobre el proceso de producción en agua de mar, cuáles son sus principales desafíos y cómo la innovación y la tecnología han contribuido en el desarrollo vanguardista, eficiente y sustentable de las compañías.
La llegada al mar
Una conocida firma noruega que opera en Chile es Mowi. Su gerente de Producción de Agua Mar, Ricardo Gantenbein, contó a modo de introducción que la compañía tiene un programa de más de 20 años, el que se encarga de producir las ovas que luego se convierten en los futuros smolts.
Respecto al proceso, el profesional detalló que, tras dejar los estanques los salmones pesan entre 120 y 180 gramos. “Los smolts son trasladados en wellboat con tecnología de punta que asegura su bienestar y cuidado”, contó.
“Agua Mar los recibe en este punto, donde nos encargamos de alimentar a los peces para poder llevarlos a la etapa de cosecha” y precisó que el período en el mar dura entre 13 y 16 meses en la región de Los Lagos y Aysén.
Otra de las empresas destacadas es Blumar, que nació hace unos 60 años y actualmente se dedica a la pesca y acuicultura. El subgerente de Producción Agua Mar, Karlheinz Werner, relató que reciben los peces listos para adaptarse a la vida en agua salada con un peso de 140 a 200 gramos aproximadamente y llegan en buques adaptados para esa tarea.
El gestor detalló que descargan los smolts en jaulas de 40 x 40 y 30 x 30 metros, con un número cercano a los 75.000 y 45.000 por jaula, respectivamente. De esta forma, a cada centro de cultivo, según sus características, llegan entre 700.000 y 1.100.000 salmones. “Durante el ciclo de engorda, los peces reciben múltiples cuidados, velando por una situación sanitaria óptima”, acotó el ingeniero en Acuicultura.
Pioneros en alimentación a distancia
Ventisqueros, con más de 30 años de historia, es una de las salmonicultoras más vanguardistas que, durante la producción, controla una serie de variables ambientales y revisa diariamente cada uno de los equipos de alimentación.
El gerente de Alimentación de Ventisqueros, Agustín Adasme, dijo a InfoSALMON que en 2018 implementaron un novedoso y eficiente sistema de alimentación remota. “Fuimos la primera compañía de la industria chilena en instalar alimentación a distancia desde una sala de alimentación remota”, sostuvo.
Asimismo, el ingeniero agrónomo planteó que en 2023 se convirtieron en la primera compañía que instaló esta modalidad en todos sus centros de cultivo, “a la que hemos incorporado el uso de inteligencia artificial en el análisis de imágenes”, dijo y explicó que así mejoran la eficiencia y disminuyen la probabilidad de perder alimento.
Adasme detalló que la herramienta les permite entender de mejor manera el comportamiento de los peces, la forma en que variables ambientales como temperatura, corrientes y oxígeno afectan la alimentación y las estrategias que se pueden tomar según los requerimientos de los animales y las características de cada centro de cultivo.
Esta IA opera con cámaras submarinas y reconocimiento de imágenes en tiempo real, permitiendo detectar de forma objetiva y temprana los pellets en las jaulas. Lo anterior, puntualizó, mejora el bienestar de los peces y reduce el impacto en el medio ambiente.
Procesos con robótica submarina
Blumar desarrolla una modalidad similar, Werner contó que actualmente los centros se apoyan desde Puerto Montt, donde la alimentación se monitorea remotamente. Desde la capital regional se aplican las estrategias de alimentación respecto a velocidades, cantidades, números de raciones y otros factores.
Asimismo, cuentan con un software que monitorea la actividad de los salmones durante la alimentación y que ayuda en el control de esta, indicó el profesional.
Junto a lo anterior, toma protagonismo la robótica submarina. El subgerente de Producción de Agua Mar de Blumar precisó que tiene un gran uso en la revisión de redes, extracción de mortalidad y examen del fondo marino.
Al mismo tiempo, la compañía incorporó marcos estimadores de biomasa para prever el peso de las jaulas y “también se está realizando una prueba con cámaras submarinas que pueden realizar esta misma función capturando muchísimos datos en forma diaria”, apuntando a que esta data entrega un peso promedio diario de la población de peces.
En otro ámbito, Werner apuntó que algunos centros tienen plantas generadoras de oxígeno, para ayudar a mitigar el efecto de bajas de este elemento en el mar y así suministrar a modo de apoyo. El subgerente detalló que estas plantas se activan automáticamente con la señal que transmiten sensores que se ubican dentro de las jaulas.
Además de lo anterior, los centros tienen ollas de surgencia y difusores que se ubican en el módulo e inyectan aire a su interior si es necesario. “Esto en caso de floraciones de algas nocivas o también de bajas de oxígeno”, puntualizó.
Smart Farming en la Revolución Azul
Al poner sobre la mesa las tecnologías, Ricardo Gantenbein de Mowi afirmó que la innovación es fundamental en el objetivo de la empresa de liderar la “Revolución Azul”.
Planteó que esta revolución “busca producir alimentos de calidad provenientes del océano destinados a una población creciente, respetando el medioambiente y manteniendo una relación constructiva y honesta con nuestros colaboradores, proveedores y comunidades”. El profesional sostuvo que, por lo mismo, la implementan en cada uno de sus procesos.
Concretamente para lograr materializar lo que han llamado “Revolución Azul”, han hecho un esfuerzo muy significativo, en el que cumplen las orientaciones de su casa matriz.
Explicó que la compañía posee una estrategia denominada “Mowi 4.0 Smart Farming”, la que describieron como un innovador programa que incluye una serie de iniciativas tecnológicas avanzadas con el objetivo de automatizar y digitalizar toda la cadena de valor, “desde la ova al plato”, expresó.
Para lograr este desafiante, pero necesario objetivo, están probando la implementación de inteligencia artificial para incorporar un Centro de Operaciones Remotas (ROC) de alimentación centralizada.
A lo anterior, se suma el uso de drones para vigilancia y control ambiental, pontones energéticamente eficientes, como ROVs (Vehículos de Operación Remota) para la limpieza y mantenimiento de redes y monitoreo de peces, así como procesadores de imágenes para la alimentación, entre otras herramientas.
Tal como con las otras productoras de salmón, también dan de qué hablar las cámaras multipropósito integradas que permiten la estimación de biomasa, mejorar el bienestar animal, generar alimentación mediante IA y la detección de caligus, junto a más adelantos. “Llevamos cerca de 3 años implementando lentamente pero seguro, las salas de alimentación remota”, planteó Gantenbein y declaró que este es un cambio cultural que llegó para quedarse.
“Hemos utilizado inteligencia artificial en parte de las jaulas marinas con las que contamos en la décima y en la décimo primera región”, dijo el profesional y sostuvo que a medida que comprueben el buen funcionamiento de esta herramienta, aumentarán los centros en los que la implementan.
Preservar el fondo marino
La engorda en mar suele generar más preocupación medioambiental que otras etapas del ciclo del salmón. Por lo mismo, la implementación de tecnología va de la mano con la búsqueda de la sustentabilidad.
Al respecto, Karlheinz Werner de Blumar recalcó el rol de las cámaras submarinas para monitorear la entrega de alimento, minimizar su pérdida y el impacto en el fondo oceánico. Aclaró, por lo demás, que esto es normativo.
Junto a esto, el representante de Agua Mar apuntó que todos los centros tienen personal capacitado para identificar diferentes algas con microscopio y generar las respectivas alarmas si aparecen Floraciones Algales Nocivas (FAN).
“Con robots submarinos, se examinan los fondos submarinos de la concesión periódicamente, y si se detecta cualquier desviación, se toman las medidas respectivas”, sostuvo el subgerente.
Acciones similares de preservación tomó Mowi. “Nos preocupamos día a día para gestionar la alimentación y equipos asociados en nuestros centros de engorda”, afirmó Gantenbein y recalcó que por lo mismo implementaron desde las salas de alimentación remota el uso de una gama de cámaras submarinas, sensores ambientales e inteligencia artificial para detectar potenciales pérdidas y disminuirlas.
El gerente destacó que el uso de ROV es cada vez más masivo en los centros de agua mar. Expuso que con esa herramienta disminuyen tareas de riesgo repetitivo en el buceo, pero también que el ROV puede inspeccionar las redes y cuidar su estado para prevenir el escape de salmones.
Desde hace varios años Mowi mide en línea los parámetros abióticos o ambientales de todos los centros de cultivo. Explicó que, con esto, frente a bajas de oxígeno se pueden tomar acciones a tiempo y evitar pérdidas por falta del mismo.
Otra innovación que destaca la empresa noruega es la implementación de cortinas de aire y discos de surgencia para mitigar el efecto del FAN. Gantenbein explicó que esta herramienta mitiga el ingreso de ciertas microalgas y minimiza el impacto en la potencial pérdida de peces.
Energía que prescinde del diésel
El representante de Mowi especificó que los pontones, donde viven los equipos de agua mar y almacenan los alimentos y otros recursos actualmente funcionan de forma híbrida.
Toman relevancia innovaciones como los sistemas de alimentación y sopladores más eficientes en el uso de energía, la implementación de energía mareomotriz, la electrificación de procesos y equipos, la instalación de paneles solares y las luces de fotoperíodo eficientes e inteligentes.
En esa línea, Agustín Adasme de Ventisqueros puntualizó que en 2023 la empresa lanzó el primer centro abastecido en un 100% con energía renovable, “dando otro paso importante en lo que respecta a las emisiones de CO2”, afirmó el gerente de Alimentación.
La estructura que se ubica en Chiloé se llama E-site. El gestor afirmó que esta permite ahorrar hasta 180.000 litros de diésel por ciclo productivo, equivalente a 472 toneladas de CO2.
Hay cierta mística en la labor
El tiempo de uno a dos años que dura la etapa de engorda del salmón en el mar trae consigo múltiples desafíos para sus artífices. Werner de Blumar destacó que las labores se realizan en lugares aislados y muchas veces en condiciones climáticas adversas.
“El personal vive en casas flotantes en turnos de 14 días por 14 días libres”, contó y reveló que “eso genera cierta mística en el trabajo”. Lo anterior se liga con el hecho de cuidar los peces y alimentarlos de forma correcta, para lograr buenos resultados productivos y promover el bienestar animal.
Gantenbein de Mowi también apoya la mística de trabajar “en el corazón del negocio: el mar”. Citando además los desafíos del trabajo en el agua mar donde se enfrentan a condiciones climáticas y/o ambientales complejas. A esto agregó, la presencia de depredadores, la transición a la operación remota, la eficiencia energética y la inoculación de salmones para controlar el caligus, el SRS y otros patógenos.
“Para liderar la Revolución Azul, entendemos que debemos ser líderes del sector en I+D (Investigación y Desarrollo) e innovación técnica en cada fase de la cadena de valor”, expresó el gerente de Agua Mar. Planteó, asimismo, que esto requiere un compromiso financiero sostenido, múltiples competencias y conocimientos científicos en varios campos.
El ejecutivo de Mowi fue enfático en que las inversiones en nuevos conocimientos e investigación permitirán un crecimiento sostenible de la producción alimentaria oceánica.