Los científicos han descubierto trazas de tralopirilo, un agente impregnante que reemplaza el cobre en las jaulas de cultivo, en filetes de salmón analizados durante ensayos.
Según el oceanógrafo Bjørn Einar Grøsvik, el tralopirilo comparte características con otros productos acuícolas, incluidos ciertos medicamentos utilizados para combatir los piojos de mar. Si bien se han establecido niveles seguros para estas sustancias, la detección de tralopirilo plantea interrogantes sobre su presencia en la cadena alimentaria.
Estudio y toxina
Los estudios realizados por Grøsvik y su equipo muestran que los salmones absorben tralopirilo y lo excretan junto con sus productos de degradación. “Es un compuesto que no se encuentra naturalmente en el medio ambiente y carece de límites establecidos para su presencia en alimentos o en ingredientes para la alimentación animal”, enfatizó Grøsvik.
Además, se ha señalado que el tralopirilo puede ser perjudicial para los peces, especialmente en condiciones de mala renovación de agua, donde sus concentraciones pueden resultar letales. Investigaciones indican que esta sustancia puede afectar negativamente las branquias, inhibiendo funciones celulares esenciales y causando estrés oxidativo.
NIVA
Trine Dale, directora de investigación del proyecto MetoMilo en el Instituto Noruego para la Investigación del Agua (NIVA), ha subrayado la necesidad de desarrollar nuevos métodos para evaluar los impactos medioambientales de la acuicultura, ya que los actuales protocolos de seguimiento y muestreo son insuficientes para abordar estos riesgos.
Este hallazgo subraya la importancia de una vigilancia continua en la industria acuícola para garantizar la seguridad alimentaria y la salud del medio ambiente.